viernes, 17 de diciembre de 2010

Ideas de estudiantes universitarios: Beleki: Reinventa un antojo

Julio Díaz Romero es el protagonista de una de las historias de emprendedores más exitosas de México. Beleki, su empresa de elaboración y venta de donas miniatura, logró sumar 145 puntos de venta en 13 años. ¿Su receta? Atreverse a innovar, ofrecer productos de calidad a precios competitivos y, sobre todo, saber entrar a tiempo al mundo de las franquicias.

Todo empezó con un proyecto universitario en 1996, mientras estudiaba Administración de empresas en el Tec de Monterrey. Al hacer una investigación de mercado, Julio se dio cuenta de que algunos de los locales ubicados frente al área de caja de los autoservicios ofrecían bebidas, galletas y otros alimentos, pero no pan caliente recién hecho.

Entonces decidió apostar por unas donas elaboradas en el punto de venta, de sólo 5 cm de diámetro y cubiertas con canela. La principal novedad era su tamaño, que permitía comerlas más fácilmente.

El emprendedor tenía claro que deseaba entrar por la puerta grande al mercado. “Queríamos estar con el número uno y con quien tuviéramos la posibilidad de crecer a nivel nacional”, recuerda el emprendedor. Así que se acercó a Walmart.

Fueron tres meses de tocar las puertas del gigante de los supermercados. Primero con un proyecto por escrito, que fue rechazado. “No teníamos ningún kiosco armado, así que presentamos maquetas”, cuenta. “Casi cada tercer día volvíamos para explicar nuestro plan, hasta que nos pusieron en lista de espera”. Con mucha persistencia y un plan de negocios serio y bien estructurado, a finales de 1997 Beleki entró a la unidad de la cadena de Tláhuac, al sur-oriente de la Ciudad de México.

Las “donitas” –como Julio bautizó al producto– fueron bien recibidas, especialmente por los niños que las identificaron como un postre. Al poco tiempo de la apertura, el emprendedor y su hermano Carlos, con quien se asoció, se dieron cuenta de que los clientes querían una bebida para acompañar su pan, tanto en la época de frío como de calor.

Así, complementaron su oferta con café caliente y frío. Y pensando en los niños introdujeron los slush (una bebida hecha a base de hielo, agua y saborizantes) de sabores dulces y picosos como chamoy, mango y tamarindo.

Sin embargo, durante los primeros dos años entrar a otras tiendas de autoservicio no fue nada fácil. “Nadie nos conocía y en México no estamos acostumbrados a ver nuevas propuestas, tenemos una resistencia al cambio”, señala Julio.

Además, estaba instalada la idea de que freír donas implicaba necesariamente humo y aroma a pan en el punto de venta. “Pero logramos desarrollar un sistema de extracción de aire único, que controla cualquier olor y además purifica el ambiente”, relata el empresario.

Más allá de todas estas dificultades, los emprendedores se consolidaron como buenos pagadores del espacio que rentaban y, pasado el plazo forzoso del contrato, Walmart les otorgó en 1999 una segunda ubicación, también en la capital del país.

Un año después llegó el tercer contrato de arrendamiento, lo que les abrió las puertas a otras tiendas de auto-servicio como Carrefour (adquirida por Chedraui en 2005), Comercial Mexicana y Soriana. “Al ser proveedor de Walmart alcanzamos un cierto estatus y prestigio”, explica Julio.



Para saber más: Beleki: Reinventa un antojo

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